3 de julio de 2015

Catarsis restaurativa

No sé muy bien porqué estoy escribiendo esta entrada.Bueno, sí lo sé,porque necesito hacer catarsis. Para eso me sirve escribir. No tengo la menor intención de que alguien me lea. No soy vanidosa, al revés. Pero al lo mejor a alguna persona, que lo lea, le puede ayudar.
A veces me ahogo. No físicamente. Pero mi alma se asfixia. Me gustan las cosas sencillas. Me gusta que se trate a la gente con respeto. Me gusta meditar lo que voy a decir. Me gusta pensar en positivo. Me gusta aprender cosas nuevas,  y conocer gente nueva. Me agrada descubrir miles de libros que no conozco, y que me apetece leer. Me gusta escuchar música cuando voy andando por la calle. No me gusta mi trabajo. No me gusta que la gente no quiera reciclarse ni aprender. No me gusta la gente poco profesional. No me gusta los padres que no escuchan a sus hijos.Me gusta cuando mi hijo me dice que piensa en cosas bonitas cuando se intenta dormir.Es lo que yo le digo que experimente para concilar el sueño.
Me gusta cuando alguien me escucha atentamente. Me gustan los cuentacuentos para niños. Me gusta el teatro. Me gusta descubrir. Me gusta compartir.
Me encanta la sensación cuando descubres que un libro que quieres leer, lo tienen en la biblioteca.
Me gusta ver como se relacionan los niños. Son sinceros. No hay trampa ni cartón.
Me gusta la gente valiente,que afronta sus miedos y sus problemas. No me gusta la gente quejica que no hace nada por cambiar su situación.
A veces,en mi entorno, no veo todo lo que me gusta. No lo experimento. Y por eso me afixio. ¿Por qué hacemos tan difíciles las cosas?. Ser agradable no cuesta tanto.

He recuperado mi afición por la novela.Antes sólo leía libros relacionados con la crianza y la Psicología. Pero de repente, vuelvo a escuchar mi música favorita, a descubri nuevos grupos, a abrir mis oídos. Tengo la sensación de que hubiera estado como en letargo, estos cuatro años que tiene mi hijo. Me empiezo a preocupar más de mí, de mi esencia. Volver a experimentar la sensación de cuando una canción de atrapa, te embelsa, te calma, te hace sentir, vibras. De respirar, y sentir. De leer, y quedarte pensando en lo que has leído. Estoy leyendo a Haruki Murakami. Y me encanta.

Me encanta conversar con gente con la que conectas. Me gusta ver que todo el esfuerzo que invierto en la educación de mi hijo, merece la pena. Yo creía, tonta de mí, que él no me escuchaba. Pero sí, sí está escuchando. Todo, todo, absolutamente todo lo que yo le digo, lo escucha. Es asombroso. Por eso, estoy aprendiendo a cuidar mi conversación con él. Procuro inculcarle una visión positiva de la vida. A ser agradecido con lo que tiene. A empatizar con las personas. A expresar sus sentimientos. Que lo importante no es el dinero.A intentar comprender a sus compañeros. A expresar lo que le gusta y lo que no.

Veo cine. A mí siempre me ha encantado el cine. He visto "Agosto", por recomendación de una amiga.
Antes no tenía tiempo, y mi cabeza estaba centrada en otra historia. Estaba tan preocupada, por empezar a ser una buena madre, que al final me he dado cuenta, que lo tengo que enseñar es con mi propio ejemplo.
Si yo no disfruto de mi música, mi hijo no apreciará esa pasión. Si yo no tengo claros mis gustos, mis intereses, el tampoco será un ser único e individual. Si yo no tengo en cuenta sus sentimientos y emociones, como va a aprender a empatizar con sus iguales.

He leído tantos libros, tantos blogs, tantos comentarios, y he escuchado a tantos padres y madres... Que me olvidé de escucharme a mí misma. Y creo que voy por el buen camino. Por lo menos me siento más conectada a mi yo anterior a la maternidad. Soy una persona distinta. Mi concepción del mundo ha cambiado, mis prioridades también. Pero no quiero abandonar mis sueños, y mis proyectos futuros.
Quiero ser un yo mejorado. Regado de amor, regado de optimismo, regado de experiencia.
Aqui acaba mi catarsis de hoy.

9 de junio de 2015

Educar en el asombro. Asombrosa y delicada reflexión.

Otra entrada de libros. Es que esté de verdad, que también es muy bueno. Y se lee rápido, y fácil. Es sencillo pero muy contundente.
Y lo ha escrito una madre, una mujer con mucho sentido común y con mucha facilidad de comunicación.
Creo que los niños deben tener sus límites, conocer sus normas, y que también deben conocer el alcance que tienen sus conductas. Pero eso esta muy bien en la teoría. Cuando eres padre o madre, es difícil llevarlo a la práctica. 
Estoy totalmente de acuerdo, con la autora que vivimos en una sociedad donde todo se les da mascado a los niños. No les permitimos descubrir por sí mismos los misterios que esconde el mundo. La Naturaleza es tan asombrosa, tan sorprendente. Y que poco se disfruta de ella. Vamos en coche a todos los sitios. Consumimos televisión, cine, series a la hora que escojamos. El móvil es nuestro amigo inseparable. Maldecimos cuando se ha gastado la batería. Pero si vamos, con el cargador a cuestas...
¿Cómo vamos a mostrarle con entusiasmo a un niño, la maravilla de la primavera, la nieve, una mariquita, si ya lo puede ver de forma óptima a todo color, en nuestra superpantalla mega grande del ultimo modelo de móvil?

Por favor, vamos a sentarnos a reflexionar, a pensar. ¿Qué sociedad estamos construyendo?. Una en la que cada vez más salen a la luz casos de acoso escolar. Donde los niños tienen ingentes cantidades de juguetes. Donde se pasan más horas, jugando a videojuegos violentos, que jugando en la calle, practicando deporte.
Algo se está haciendo mal. Y lo peor  es que no somos conscientes, de que los protagonistas del cambio, somos los padres. No podemos dejarnos llevar por la corriente del "todo el mundo lo hace", "todos los niños son así". Me niego. Me reniego. A mi hijo de cuatro años, le insisto para que salude, para de las gracias cuando algun amigo le da un regalo o una galleta. Le explico que no haga cosas, que a él no le gustaría que le hicieran. Que se ponga en el lugar del otro. Que intente experimentar lo que siente el otro.
No tolero que insulte, que pegue. Su conducta negativa tiene una consencuencia. Argumentada, eso sí.
Le recordamos, que tiene mucha suerte, de poder tener juguetes, que podemos comprar comida, que el agua y  la electricidad hay que pagarla, no es gratis.
Damos por sentado tantas cosas...que no lo son. 
Y el contacto con la naturaleza es tan fundamental. Sentir la hierba en los pies.Tumbarse al sol. Encontrar una fila de hormigas perfecta, llevando diminutas migas del pan que hemos dejado en el suelo.Eso es lo que tenemos que permitir que descubran nuestros hijos.
Me acuerdo del anuncio de televisión del palo. Un simple palo. Que cantidad de cosas se pueden hacer con un palo. Sin luces, sin sonidos, sin ser bilingüe, sin ser la última moda.
Creo que todos los padres coincidimos que queremos lo mejor de lo mejor para nuestros hijos ¿no?
Respetemos su derecho a disfrutar de su infancia, en todos los sentidos. De su tiempo, de su espacio. Por mucho que sobreestimulemos su cerebro, no va a ser más inteligente. ¿Qué queremos? ¿un niño con altas capacidades sin emoción o una persona íntegra?Podemos estimular su inteligencia emocional, ¿verdad?, potenciar sus habilidades, respetar sus gustos. Sin presionar, sin agobiar. Con normas claras,límites que no hay que sobrepasar... Qué difícil y que sencillo a la vez.
Como dice Catherine L'ecuyer: "nadie nos dijo que educar fuera fácil...".
Pues no, mire. Educar bien, es muy díficil. Dificilísimo. Pero ahí se encuentra nuestro reto. Que lo disfrutéis.

22 de mayo de 2015

Lo confieso. Soy adicta a Daniel Siegel.

Sin duda este es el libro que más he aprovechado a nivel práctico como madre y como profesional. Es como cuanto vas en el coche y atraviesas un tunel, y hay poca luz. Cuando sales de él, lo ves todo claro. Cada cosa en su sitio, cada herramienta tan sencilla, tan fundamental.

Tengo que darle las gracias a un Psicologoblogeropadre, estupendo cuyo nombre es Javier Romeu, del que aprendo de cada entrada suya, y que recomienda libros muy interesantes como este. Os recomiendo su blog, si os gusta la Psicología poco convencional, leer, la resiliencia, el pensamiento positivo... Este es el enlace: Diseñando pasados Recordando futuros.

Cuando eres madre, o por lo menos yo hablo desde mi experiencia, es tan preocupada por las cosas que tu consideras fundamentales, que dejas de lado las que de verdad lo son. ¿Has pensado alguna vez en el tono que utilizas para dirigirte a tu hijo?. Yo la verdad, es que sí, pero nunca de una forma mas profunda. Siempre le dijo a mi hijo, que trate a los demás como le gustaría que le trataran a él. Y yo a veces, no lo hago bien. (solo a veces, no siempre jeje).
De verdad, que al que le haya gustado "El cerebro del niño", este le va a gustar más. 
Es totalmente recomendable para padres,madres, educadores, y tambien psicólogos, sí tambien. El enfoque positivio, pero firme que transmite, me encanta. Ha conseguido que conecte con un yo que tenía guardadito, y que ha hecho que intente cambiar poquito a poco, eso sí, mi relación maternal.
Ciencia y Emoción estan unidos en este libro.
Cada vez estoy más convecida, que nuestras emociones son tan importantes como la comida. La educación emocional es básica, y debería enseñarse en los coles, en las guardes, en el parque, en las reuniones familiares...
Animaros a leerlo. No os defraudará.

La falta de tiempo y la reflexión.

Hacía mucho que no escribía, aunque la verdad es que tengo necesidad de escribir. Pienso mucho. Reflexiono. Leo. Releo libros. Escucho. Y luego necesito "vomitar" de alguna forma mis pensamientos.

Hace poco pude realizar un curso denominado "Violencia Familiar".

 Interesante, no me descubrió nada nuevo que no supiera antes, pero me gustó el hecho de que utilizara formato "youtuber". Y hubo un video que me impresionó y que (ahora que lo pienso), ya vi hace tiempo. Pero la diferencia fundamental, es que no era madre. Y eso cambia muchísimo la perspectiva.
 Os animo a visualizarlo.

 
Nuestros hijos, no son lo que les decimos. Aprenden de los que ven que hacemos, de nuestra conducta, de nuestra actitud, de cómo gestionamos nuestras emociones, nuestros conflictos, nuestras dificultades. Y eso, que parece tan evidente, me gustaría gritarlo a los cuatro vientos. A todos los padres. Puede que utilices un lenguaje muy cuidado con tu hijo, pero sí sales a la calle, y tiras los papeles al suelo, le estan enseñando con tu conducta. Si gritas al volante, si desprecias al vecino, si giras tu cabeza ante una injusticia. Es legítimo que lo hagas, pero no le pidas a él/ella que haga 
lo contrario. 
Se educa con tu conducta. 
Da igual que tengas unos ideales preciosos, limpios, admirables. Da igual.
Si haces lo contrario de lo que piensas, tu hijo aprenderá de lo que haces ante los demás y ante ti mismo.

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